Adoro

Adoro tu mentira
cuando te despierto a deshoras
y tu dices no importa.

Adoro esa voz suave que susurrando
me calma a cada instante.
Sin remedio adoro tu boca,
cuando con la lengua
provocas escalofríos en mi piel
dejándola enmudecida.

Me revuelvo por dentro
y te adoro sin remedio
cuando tu mirada directa y traviesa
me pide que juegue contigo
enredando entre tu boca
y alrededor de tu cuerpo.

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