Giramos uno alrededor del otro
en órbitas distintas,
alejándonos, acercándonos,
encontrándonos fugazmente
convertidos en satélites.
En la inmensidad del espacio,
es difícil imaginarte, sentirte
pareces desvanecerte.
Entonces recuerdo el instante
en que tus ojos chocaron contra mi
provocando un impacto brutal.
A lo lejos en la inmensidad del espacio diviso
un pequeño universo,
en el habitan dos satélites
que buscan comunicarse
sin órbita ni rumbo definido.
sorprendente!!
ResponderEliminarLos satélites son como una pequeña parte del cosmos, orbitan alrededor de un cuerpo soportando diversas fuerzas y siguen una trayectoria que no es posible modificar. Todos somos satélites en medio de la nada (o del todo) intentando seguir un camino, muchas veces movidos por la inercia y sin reparar en la presencia de otros cuerpos celestes o sin saber reconocer su belleza.
ResponderEliminarPreciosa metáfora.
Perla negra
Interesante poesía libre...
ResponderEliminarPoco más puedo decir después del pedazo de comentario de perla negra...
Cuando el tiempo lo permita creo que seguiré visitandoos...