Merece la pena

La algarabía de la noche del sábado dejó paso a una mañana de domingo, que se desperezaba plácida y lentamente. Solo los ruidos de los coches y las voces de la gente rompían el silencio existente en la calle a esas horas.

Los últimos rayos del verano se colaban en la ventana, llenando mí alrededor de luz y dándome calor. El sol y las nubes, desaparecían, aparecían, se entremezclaban, parecían estar jugando como dos chiquillos traviesos al escondite o como una pareja de locos amantes disfrutando de los juegos del amor. Así mismo, el viento se unió a ellos meciendo el ciprés centenario que contemplaba, lo cual anunciaba la cercana e inevitable llegada del otoño.

Unos minutos antes había estado escuchando la radio, en concreto, un programa llamado “La Buena Vida”. De repente, oí una expresión que el invitado le dijo a la presentadora, entonces un cumulo de pensamientos se agolparon en mi cabeza de manera incesante. Las palabras, estaban planteadas en forma de pregunta ¿Merece la pena?, imágenes, instantes, momentos vividos a lo largo de mi existencia pasaron a gran velocidad por mi mente como los fotogramas de una película.

Poco a poco logre detener el continuo fluir de pensamientos para tratar de responder a la pregunta planteada, obviamente se refería a la vida. No tuve ningún atisbo de duda.

La respuesta sin duda alguna era, claro que merece la pena. Porque a pesar de los desengaños, las crisis, los tropiezos, las derrotas, los malos momentos, todo eso pasa a un segundo plano, cuando uno recuerda las interminables charlas con los amigos en las barras de los bares, sus risas, sus abrazos, su cariño y apoyo, el contacto y la risa de un niño, las cosas sencillas y simples como una puesta de sol, el amor incondicional de la familia y las múltiples sensaciones que se agolpan en la piel que uno habita cuando siente el roce con la piel de ese ser al que de una u otra manera considera o ama de una manera especial.

Finalmente me pregunte ¿El folio en blanco lo merece?, respondí sí, claro que valdrá la pena, porque escribir es para mí un gozo, con el que disfruto inmensamente, que además me permite expresarme con total libertad siendo yo misma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario