Afloran inesperadamente sin previo aviso
Llegan como una tormenta,
trayendo la lluvia convertida en llanto.
Aparecen tras un malentendido, una discusión, un temor
y acaban convertidos en sin sentidos inútiles.
Se enganchan a nuestra piel,
quedándose instalados en ella como rémoras
sino los echamos a un lado
y los alejamos de nuestro camino.
La añoranza de un orden que nunca existió
-
Medio continente anhela lo mismo que las monjas. Regresar a una Europa y a
un país de fantasía, pero que puedan comprender; donde reine el orden y
todos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario