Tormenta

Adoro cuando llegas de manera inesperada,

transformándote a cada instante.

Continuas incesante tu fluir,

intensa, salvaje, suave y delicada.

Adoro escuchar el repiqueteo de tus gotas,

unas cayendo expandidas en splash.

Otras deslizándose lentamente,

mientras cuentan los segundos restantes,

para desaparecer entre el asfalto.


Cuando te escucho rugir,

la contradicción se apodera de mí ser.

Quiero ser aíre, pájaro, nube,

para sentir a tu lado ese estruendo de vida.

A su vez deseo estar al abrigo,

refugiada contemplando tras mi ventana,

el baile de agua que cae desde el cielo.


Hoy fue algo extraño cuando te sentí,

contenías un sinfín de emociones y sensaciones entremezcladas.

Llanto de tristeza, ocasionado por rabia e indignación

contenida a lo largo del tiempo.

Y llanto de alegría tras recuperar la ilusión,

la dignidad y la esperanza prácticamente enterrada y olvidada.

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